PAN PARA HOY Y HAMBRE
PARA MAĆANA
vivir apariencias Mantener apariencias consiste en
costearnos cosas que estƔn fuera de nuestra posibilidad, con el fin de mejorar
la forma en cĆ³mo nos mostramos a los demĆ”s; entre finos zapatos, un bello vestido, un
elegante traje, una gran casa, un lujoso auto y costosas vacaciones, se
encuentran los sueƱos del hombre y la mujer comĆŗn de nuestra Ć©poca. Hemos visto
cĆ³mo, a travĆ©s de la historia del ser humano, las pertenencias han simbolizado
el nivel de Ʃxito del ser humano, para demostrar quƩ tan triunfante has pasado
por la vida.
AdmitƔmoslo, alguna vez todos hemos deseado esto para
nosotros y hasta un poquito mƔs. Algunos lo tienen (y quizƔs quieren mƔs) y
muchos otro estƔn dispuestos a pagar un alto costo para demostrar que son del
bando de los fuertes, que pueden sobrevivir en la selva que llamamos
civilizaciĆ³n, mostrĆ”ndose poderosos como leones, cuando la realidad es que solo
tienen fuerza de oveja.
Uno de los factores que
impiden establecer la organizaciĆ³n financiera es la presiĆ³n del grupo. Y para
manejarla necesitarƔs inteligencia y madurez
Mantener apariencias consiste en costearnos cosas que estƔn
fuera de nuestra posibilidad, con el fin de mejorar la forma en cĆ³mo nos
mostramos a los demƔs, creyendo que mejoramos nuestro bienestar al sacrificar
recursos necesarios para renglones esenciales como salud, educaciĆ³n,
alimentaciĆ³n y vivienda digna. No obstante, esto implica aumentar un
superficial nivel de felicidad como burbuja, la cual, explota y nos encontramos
altamente endeudados, deprimidos y abrumados. La felicidad pasada se olvida y
nos ahogamos en nuestras penas.
Las apariencias nos han llevado a incurrir en altos gastos
en restaurantes para tener la comida servida, y gracias a los avances
tecnolĆ³gicos, poder compartirlo a travĆ©s de las redes sociales, cuando
deberĆamos tener tiempo de calidad cocinando con nuestra familia en casa.
Las apariencias nos han costado tener a nuestros hijos en
colegios caros; decimos y hacemos creer que el precio es proporcional a la
calidad de la docencia que recibirĆan, pero mĆ”s bien, lo hacen para rodearse de
personas de mayor poder adquisitivo. Luego tenemos hijos frustrados, cuando se
dan cuenta de que sus compaƱeros no se emocionan ante la simpleza de sus
actividades fuera de aulas, comparadas con los suntuosos placeres que reciben,
no encajan y no aguantan la presiĆ³n de grupo, cuando pudieran estar en un
centro educativo que estƩ a su alcance creciendo, y educƔndose.
Por mantener las apariencias nos vemos forzados a tener
lujosos vehĆculos de uso personalizado, con alto consumo de combustibles
fĆ³siles, a pesar de las constantes alzas de estos combustibles, alta pĆ³liza de
seguro y el miedo de que algo le pase, ante los niveles de criminalidad que
predominan a pesar de que estƩ asegurado; cuando podemos tener coches mƔs
prĆ”cticos y cĆ³modos que cumplan con su propĆ³sito: transportar. La lista de los
costos de las apariencias pudiera seguir; cualquier cosa que no sea para
mejorar nuestro bienestar y sea para fingir una mejorĆa ante los demĆ”s y
ocultar nuestra realidad hasta engaƱarnos a nosotros mismos.
BOMBARDEO PUBLICITARIO
Ahora bien,
el nivel de cada paĆs es medido por su Producto Interno Bruto (PIB), en donde
el consumo solamente ronda en promedio el 60% del mismo, constituyĆ©ndose asĆ en
el renglĆ³n de mayor importancia de las actividades econĆ³micas. Esta es una de
las razones por lo que esto es altamente valorado por las autoridades
gubernamentales en general, el empresariado y nuestros hogares. Salimos a las
calles y somos bombardeados con publicidad para consumir. En nuestros hogares
solo hace falta encender el televisor y entran en la intimidad de nuestra sala,
para que empiecen a decirnos quĆ© comprar, cuĆ”ndo y cĆ³mo.
FALTA DE EDUCACIĆN FINANCIERA
Lamentablemente
en los centros educativos, no enseƱan
sobre educaciĆ³n financiera. Cada vez mĆ”s son los padres vĆctimas de un
consumismo incesante, acarreando con ellos a sus hijos y asĆ va creciendo el
consumo, y por consiguiente, el PIB. MƔs tarde nuestras autoridades nos dicen
que hemos avanzado y se ha crecido tanto por ciento. Parece motivo para
alegrarse, pero entonces sigue la angustia, aumenta la contaminaciĆ³n y se eleva
el costo de la vida debido a efectos inflacionarios por el aumento del consumo
y asĆ nuestro dinero rinde cada vez menos. Luego de un alto crecimiento
soportado por deuda, vuelve el malestar con los intereses de esas deudas que
nos financiaron las apariencias.
Todo parece ser un cĆrculo vicioso; sin embargo, depende de
nosotros llevarlo de vicioso a virtuoso. Nos han enseƱado mal, al decirnos que
el placer viene primero que el trabajo, que el respeto y la dignidad son
proporcionales a nuestras posesiones. Las apariencias tienen un costo sumamente
alto y un beneficio cuestionable.
Una vez un filĆ³sofo francĆ©s, Voltaire, dijo: “Es inmensamente rico, aquel capaz de
limitar sus deseos”. A pesar de que estas palabras fueron dichas antes de
que pudiera existir la idea del consumismo que impera en nuestros dĆas, podemos
cambiar de rumbo hacia otro destino; uno donde podamos crecer firmemente, si
tan solo estuviƩramos dispuestos a rendir los costos de las apariencias para
invertir en una sĆ³lida calidad de vida.
LA REALIDAD DE
NUESTRA SOCIEDAD
- La mayorĆa de las familias viven con balance negativo.
- Se vive con la premisa de la auto-gratificaciĆ³n inmediata.
- Si no se tiene el efectivo, “paso la tarjeta y luego averiguo”.
- “Pasa la tarjeta hasta que aguante”.
- No se ahorra, porque nunca el dinero recibido es suficiente.
- Solamente se ahorra para alguna actividad puntual.
- Se vive para quedar bien con los demƔs.
2 Comentarios
Interesante, a mi parecer este tema abarca todas las Ć”reas sociales y afecta tanto la interna familiar como lo externo. A tal punto nos llega, que en una simple pregunta diaria como es: CĆ³mo estĆ”s? Se genera una respuesta inmediata y absolutamente superficial...: Bien! La respuesta real queda escondida y guardada como si fuese tabĆŗ, sĆ³lo nis permitimos una respuesta real cuando estamos frente a una persona de nuestra total confianza y que ademĆ”s sabemos que no va a juzgarnos por la respuesta que demos. Hasta ese nivel de sutileza llega todo este asunto... imagĆnense!
ResponderEliminarTienes mucha razĆ³n a las personas les cuesta asumir su realidad y partir de ahĆ y no dejarnos llevar por el que dirĆ”n y otro lo que queramos aparentar.
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