La creatividad es una habilidad personal que como tantas otras puedes desarrollar e incrementar con el tiempo. Dejemos atrás las excusas y pongámonos manos a la obra para ser creativo.
Para desarrollar tu creatividad es lógico que dependas de un entorno altamente creativo y donde las posibilidades de llevarlas a cabo sean altas. Cuanto más atractivo sea un entorno laboral más probabilidades habrá de que las mejoras se lleven a buen puerto.
Pero eso no es todo a la hora de implementar nuestras capacidades. No queremos estar pensando siempre que los grandes gurús de la tecnología o de los negocios están ahí simplemente por un talento natural. Todos sabemos que el talento sin trabajo detrás se suele quedar en nada y es ahí donde los genios se distinguen. Para ser creativo hay que dedicarse al trabajo constante, dedicado.
Desde Da Vinci a Steve Jobs pasando por Henry Ford o Edison, el genio se calcula por la cantidad de trabajo que es capaz de hacer y por su capacidad de esfuerzo. El genio es inconformista por naturaleza y esa virtud la podemos explotar todos.
Para ser creativo lo primero que debes plantearte es cambiar tu percepción de los detalles. El más mínimo detalle puede pasar en ocasiones inadvertido y luego resulta fundamental para desarrollar el proyecto. Las personas altamente creativas se caracterizan por un estudio minucioso de todo el proceso para poder tomar las mejores decisiones sobre él.
Una vez que tengas claros los detalles debes aplicar una rutina bien disciplinada. Muchas veces en Esquire te hemos contado lo importante que es mantener una serie de hábitos laborales que harán aumentar tu rendimiento. A la hora de ser creativo pasa exactamente igual. Una rutina en la que incluyas problemas, dudas, posibles soluciones y el beneficio buscado te permitirá equilibrar tu búsqueda.
Cuando hayamos alcanzado una rutina exitosa que nos permita seguir avanzando encontraremos otro de los pilares fundamentales del ser creativo, el ‘Todo importa’. En ocasiones cuando estemos trabajando sobre una base encontraremos por el camino alternativas o soluciones que en principio no buscábamos o que no interesen en ese momento. Pero quizá ese momento sí se produzca en el futuro. No desdeñes el mero conocimiento porque aparentemente no tenga uso práctico hoy. Posiblemente en el día de mañana tenga mucho futuro. La mayoría de los grandes inventos de la historia se basan en esa premisa.
La siguiente es una de las mayores dosis de realidad que podemos encontrar. Conocer tu tiempo. Tan aparentemente sencillo pero tan real. Controlar el tiempo en el que estás y lo que pretendes obtener con tu proyecto hace que aumentes tu creatividad. No es necesario intentar permanecer en tecnologías obsoletas o procesos anticuados. La innovación se caracteriza por dar soluciones a problemas actuales. Centra tus objetivos en mejorar los rendimientos de ahora, no del pasado.
Y por último y en ocasiones la más dolorosa de las realidades: el ser creativo sabe cuándo abandonar un trabajo. Después de analizar a conciencia el desarrollo, después de haber invertido muchas horas y recursos en un trabajo, es posible que te des cuenta de que ha quedado fuera del mercado o que no es tan útil. Es muy difícil saber cuándo debes abandonar un barco pero lo que nunca debes hacer es seguir persistiendo cuando las señales del hundimiento son claras.
Recuerda que el éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.
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