Vivimos en una sociedad cada vez mƔs individualista, pero los expertos nos recuerdan la importancia para nuestro bienestar de conservar y trabajar nuestras amistades.
Se dice que quien tiene un amigo, tiene un tesoro. De hecho, las series de televisión reafirman cada vez mĆ”s esta idea. Desde Friends a Sexo en Nueva York, pasando por Cómo conocĆ a vuestra madre hasta llegar a Girls o Big Bang Theory, todas nos dicen que si algo nos queda, pase lo que pase, son los amigos. ¿Pero es eso cierto? En un mundo en el que medimos nuestra autoestima segĆŗn nuestro nĆŗmero de “likes” en Facebook, la realidad es que amistades de las de verdad, de las de carne y hueso, conservamos pocas.
“Vivimos en la sociedad mĆ”s individualista de la historia”, afirma Luis GarcĆa Tojar, profesor de SociologĆa en la Universidad Complutense de Madrid. No hay una explicación Ćŗnica a esta afirmación, pero en su opinión lo que queda claro es que “la mayorĆa de estudios coinciden en que en el mundo contemporĆ”neo la amistad se ha hecho mĆ”s volĆ”til, mĆ”s fĆ”cil de hacerse y deshacerse. MĆ”s basada en el interĆ©s tambiĆ©n”.
No sólo eso. SegĆŗn explica el experto el concepto de amistad ha cambiado, y es que ahora “los amigos para toda la vida tienden a ser cada vez mĆ”s escasos y aparecen los amigos especializados: subgrupos de amigos vinculados exclusivamente a un tema o una actividad”. QuizĆ”s no nos paremos a pensarlo, pero lo cierto es que suele ser comĆŗn que tengamos menos tiempo para esas amistades de siempre, y sin embargo, nos sea mĆ”s fĆ”cil sacar un rato para nuestro grupo de pĆ”del o para unas caƱas con los compaƱeros de la academia de inglĆ©s. Todo ello influido, sin duda, por
una nueva forma de relacionarnos, en la que las nuevas tecnologĆas han tenido un papel fundamental. “Gracias a ellas, por ejemplo, podemos tener amigos a quienes nunca hemos visto. Algo casi inaudito en la historia de la humanidad. Las nuevas tecnologĆas y la nueva sociedad que emerge con ellas estĆ”n redefiniendo el concepto de amistad”, apunta Luis GarcĆa Tojar.
¿Hasta quĆ© punto es importante tener amigos?
SegĆŗn el sociólogo tener amigo no es sólo importante para el propio individuo, sino tambiĆ©n para la sociedad como concepto en sĆ mismo. Desde su punto de vista, “en el mundo contemporĆ”neo un grupo social es un conjunto de redes, unas grandes (por ejemplo, los socios de un club de fĆŗtbol) y otras pequeƱas (los vecinos del portal), unas basadas en el interĆ©s (compaƱeros de trabajo) y otras en el afecto (matrimonio), unas elegidas (un partido polĆtico) y otras impuestas (la familia). Los amigos, en general, son nodos de conexión entre unas redes y otras. Por tanto, son fundamentales sociológicamente hablando”. Desde esta perspectiva “una socialización adecuada aconseja la participación en mĆŗltiples redes de diverso tipo. Permite conocer y conocerse mejor”.
Pero por supuesto, la amistad tambiĆ©n es una de las claves en nuestro bienestar emocional. Tal y como relata Nayara Malnero, psicóloga en el centro integral Psic & Corps de Gijón, la cuestión de las amistades aparece en sus consultas “siempre y sin excepción”. En el caso de los jóvenes porque los amigos son un pilar fundamental, tanto en su ocio, como en su consuelo. En el caso de los adultos, sin embargo, como una forma de llenar los vacĆos que muchas veces dejan los hijos cuando se van, o en casos de divorcio o viudedad, cuando necesitan reforzarse los vĆnculos sociales. AsĆ, Nayara Malnero observa que las personas que conservan sus amistades “muestran una salud tanto fĆsica como psicológica mucho mayor”, y es que “sin el contacto frecuente con los demĆ”s, difĆcilmente podemos ser felices”.
¿Por quĆ© nos cuesta conservarlas?
No hace falta ser sociólogo ni psicólogo para saber que es mĆ”s fĆ”cil tener amigos cuando se es joven, por una razón muy simple: tenemos mĆ”s tiempo. Crecer significa, entre otras cosas, ver mucho mĆ”s comprometidas las horas de tu dĆa. Primero, por las responsabilidades laborales, pero por supuesto tambiĆ©n las familiares. Todo ello sin contar con que nuestro tiempo de ocio tambiĆ©n se ve mucho mĆ”s afectado por compromisos sociales con los que “debemos” cumplir, y siempre pensamos que los amigos estarĆ”n ahĆ de todas formas. Pero las relaciones de amistad, como puede pasar con las relaciones sentimentales, se echan a perder si no se trabajan de una forma constante.
“En efecto, a medida que sumamos aƱos las relaciones se debilitan y, reconozcĆ”moslo, en la mayorĆa de las ocasiones somos nosotros los responsables: no las cuidamos, nos enfrascamos en nuestros quehaceres diarios y dejamos atrĆ”s a aquellos que no nos siguen en nuestro dĆa a dĆa”, apunta la psicóloga. Esto hace que “el dĆa en que paramos (el mejor ejemplo es la jubilación) y contamos con un rato libre, nos demos cuenta de que no tenemos nada quĆ© hacer o, peor aĆŗn, que no tenemos con quien compartir ese tiempo”.
Cómo conservar los amigos o hacer nuevas amistades
Todo problema tiene su solución, y esta es sencilla. QuizĆ”s, pararse a reflexionar acerca de la relación con nuestras amistades es el primer paso para cambiar la misma. Por ejemplo, dejĆ”ndonos de preocupar por la cantidad de “me gusta” que reciben nuestras fotos, y utilizando las redes sociales, no para encerrarnos en nosotros mismos, sino para mejorar nuestras relaciones con los demĆ”s. Es cierto que tenemos menos tiempo para vernos, pero siempre hay un rato para enviar un mensaje preguntando “quĆ© tal”, a esa persona que hace tiempo que no ves, bien por lo ajetreado de nuestras vidas, o a veces, por la propia distancia fĆsica. Puede que cueste verse, pero no “saberse”.
Por otra parte, si nuestro cĆrculo de amistades ya se ha visto reducido, hay que pensar que nunca es tarde para conocer gente nueva, y que quizĆ”s, eso sea un factor que enriquezca mucho mĆ”s nuestra vida. Para hacer amigos no hay edad, todo es cuestión de proponĆ©rselo, y es que como insiste Nayara Malnero, “hacer amigos es fĆ”cil para los niƱos porque en el parque hay juegos en los que compartir espacios o materiales, porque en el colegio les colocan en grupos o parejas para hacer las tareas, o sencillamente porque romper el hielo les resulta muy natural con cualquier excusa. ¿Pero por quĆ© no tomar esta sabidurĆa infantil para nosotros?”.
De esta forma la psicóloga recomienda apuntarse a actividades que nos gusten o que nos causen curiosidad y en las que se cuente con que participa un grupo de personas. “Algunos ejemplos pueden ser: senderismo, baile, actividades mĆ”s o menos activas en asociaciones de vecinos, clubs de lectura, grupos de crecimiento personal...”. AnticipĆ”ndose a nuestra vergüenza o a nuestras oxidadas herramientas sociales, la psicóloga de Psic & Corps destaca que “si lo que cuesta es entablar conversación, solo hay que recordar que cualquier tema es bueno, desde el tiempo, hasta la hora quĆ© es, aprovechar el contexto en el que te encuentras es lo mĆ”s Ćŗtil. Por supuesto, tambiĆ©n cuidar tu sonrisa y una actitud positiva, ese es el mejor ‘buscador de amigo’ que podemos tener”.

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